Los CFD o Contratos por Diferencias, son contratos en los que  se intercambia la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de un determinado activo subyacente como valores negociables, índices, divisas, tipos de interés y otros activos de naturaleza financiera.

Los CFD fueron creados en Reino Unido durante la década de los 50 por los fondos de inversión libres para tener acceso a la negociación de operaciones con gran apalancamiento. Se trata de un producto que se ha ofrecido tardíamente al pequeño inversor, y que en España se ha comenzado a comercializar desde el año 2007. Sin embargo, en el Reino Unido, donde los CFD para clientes particulares ya llevan funcionando desde hace varios años, están muy difundidos.

Los CFD reflejan el rendimiento y permiten beneficiarse de las fluctuaciones del precio de activos como acciones, materias primas, índices, divisas o tipos de interés, sin la necesidad de tener la propiedad física del instrumento subyacente en sí. Los CFD son instrumentos derivados y no cotizan en un mercado organizado, tampoco se negocian en un mercado secundario oficial, sino que se negocian en las plataformas electrónicas establecidas por la entidad financiera que los emite.

Originariamente, los CFD únicamente eran accesibles al inversor institucional. Hoy en día los CFD se han convertido en una herramienta de negociación muy popular entre los pequeños inversores de todo el mundo y le están ganando terreno a la inversión tradicional gracias a sus ventajas, a la flexibilidad a la hora de operar y al fácil acceso a mercados tradicionalmente no accesibles al cliente minorista.

Los CFD nos exigen únicamente el depósito de un pequeño importe en concepto de garantía, lo que nos permite una gestión más eficiente de nuestro capital, ya que sólo se moviliza una pequeña proporción del valor global de su posición. Otra cosa importante es el apalancamiento, que es la relación entre capital y crédito que utilizamos en una operación y que puede ser del orden de 1:100 o 1:200, por lo que son productos de alto riesgo y pueden ocasionar pérdidas superiores al capital inicial desembolsado.