En un planeta muy lejano, vivía un ser llamado Mafu, en un mundo donde no existía el sonido. Su familia y sus amigos estaban tan aburridos, que no sabían si iban a poder sobrevivir más tiempo en aquel lugar. Pero Mafu no perdía las esperanzas de encontrar un sitio divertido donde poder disfrutar.
Mientras se acercaba al lugar de origen de aquel sonido, comenzó a escuchar las melodías más explosivas con letras pegajosas. Era un ritmo que de manera indeleble iba quedando en su alma, y sólo podía pensar en cómo la vida iba a ser mejor al llegar a ese sitio. Además, ya sentía que iba a hacer muchos amigos, aunque todavía no los pudiera ver.
Al llegar, aterrizó su nave en un pequeño patio, y lo primero que vió fue un cartel que decía Cusica Studios. Curioso y juguetón, se asomó por una de las ventanas en donde salía aquel sonido, y por fin, encontró lo que estaba buscando. Sonidos de guitarras, pianos y baterías que se unían para crear el más perfecto arte.
ESTO ES LO QUE HE ESTADO BUSCANDO! – pensó emocionado Mafu- quien tuvo la suerte de llegar justamente cuando las bandas más importantes de Venezuela ensayaban para un festival que cambiaría la historia para siempre.
Sacó un pequeño dispositivo de grabación para capturar una parte de las mejores canciones de aquellos artistas, corrió a su nave y las envió a su planeta junto a un mensaje que decía: «encontramos nuestra nueva casa». Ahora, la llegada de los Mafus es inminente, vienen pronto, más de lo que piensas.
Pero no me crean a mí, esto podría ser solo una historia de fantasía, ¿saben?
Pero dicen que si te acercas a Cusica Studios mientras la música suena a todo volúmen, puedes ver unos ojitos que te miran desde las sombras y se mueven al compás de la canción que está sonando.
Pero de nuevo, no tienen por qué creerme.
