El control de las emociones en el trading, junto a la gestión del capital, forman los dos pilares que sustentan el techo de tu cuenta para que no se te venga abajo.
Muchos de los nuevos traders que se van iniciando en esta profesión creen que la piedra angular del control de los mercados es el análisis técnico y el tener un método ganador. Es por ello que pueden estar haciendo cursos y leyendo libros, los verás debatiendo sobre si una cuña se formó bien o no realizó los 5 movimientos clásicos. Es importante tener un método y una estrategia, pero eso no servirá absolutamente para nada si a la hora de aplicarla te tiembla el pulso o te entran las dudas.
En el mercado real el precio no va a respetar absolutamente nada y va a jugar a hacerte sentir las 3 emociones que te harán perder tu cuenta.
Frente al mercado vas a estar tú, tu método y tu capital. No importa qué método utilices, si es chartista o tendencial, si operas la ruptura, el pullback o si utilizas indicadores, eso no importa. Importan dos cosas: primero, que gestiones bien tu capital, es decir que no te pases con los lotajes, aquí menos es más. Y segundo, que apliques el método sin dudar, sin hacer variaciones, sin hacer excepciones, como lo haría un robot: sin emociones.
Puede que en una cuenta demo no tengas estos problemas, puede que tu estrategia la hayas leído en un libro y parezca que es muy sencilla, pero te aseguro que cuando estés en real, te van a surgir todas las dudas y solo la experiencia, la calma y la paciencia te van a dar la clave. Igual que un cirujano no operaría con un libro en la mano, tú tampoco debes hacerlo. En el mercado real el precio no va a respetar absolutamente nada y va a jugar a hacerte sentir las 3 emociones que te harán perder tu cuenta.
En una negra sesión típica de pérdida de cuenta de trading en un día, las emociones por orden de aparición son:
La avaricia:
Del lat. avaritia.
1. f. Afán desmedido de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas.
La cosa empieza bien, muy bien. Mucho mejor de lo que esperabas. Querías 25 pips y en un momento llevas 37. ¡Uff, esto va para arriba!, 42 pips, parece que hay volatilidad… Cambio de planes, alejo mi take profit. ¿Voy con 1 lote? Pero si hoy es mi día… Meto 3 lotes más.
El miedo:
Del lat. metus ‘temor’.
1. m. Angustia por un riesgo o daño real o imaginario.
2. m. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.
¡Vaya vela roja! ¡Mis 42 pips están en 20 y los otros 3 lotes en -22 cada uno! Tengo la cuenta temblando, no tenía que haber abierto los otros lotes. Esto tiene mala pinta, cierro todo.
La venganza:
De vengar y -anza.
1. f. Satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos.
2. f. desus. Castigo, pena.
¡Esto no puede quedar así! No solo no he cumplido mi objetivo diario, sino que me va a costar mucho recuperar lo perdido. Y eso que si hubiera cerrado cuando pude, me hubiera ido con 42 pips en lugar de con -46. Voy a recuperar: me meto corto con 3 lotes. Aunque esto es mucho para mi cuenta, con la garantía voy casi sin margen. Pero esa vela roja… Esto está cayendo, ahora van a ver: 3 lotes no, meto 4 que esto cae en picado.
Ya está, ya tenemos todos los componentes de la bomba. Sobra decir que una vez entramos así, la vela roja retrocede y va dejando por abajo una mecha que crece más y más, pero cerrar sería una deshonra para mi orgullo, ahora ya estoy enfadado. Ya para lo poco que me queda, espero al margin call del broker y que me cierre él. Tiene que bajar, tiene que bajar…
Pues no, cuando te pasa esto es que va a subir. ¿Que por qué? Porque está todo preparado, porque así funciona. El mercado lo manipulan las manos fuertes porque tienen un decálogo de cómo van a reaccionar las manos débiles ante los distintos impulsos y correcciones. Saben cómo producir emociones en las personas que les lleven a vender cuando ellos compran, y a comprar cuando ellos venden. Y saben que lo harás porque primero sentirás avaricia, después miedo y finalmente tendrás sed de venganza.
Y así es como se pierde una cuenta en un día. Puede que ya te haya ocurrido o puede que todavía no. Dicen que nadie experimenta en cabeza ajena, así que te deseamos todos, que cuando esto te ocurra, sea en una microcuenta real que te puedas permitir perder, ya que en demo las emociones se ven anuladas casi por completo.